Qué es la TAE y cómo te afecta

02/07/2015 - actualizado el 02/08/20185 min
https://www.mistercomparador.com/noticias/wp-content/uploads/2015/06/tae-1.jpg

Hoy en día casi todo el mundo está vinculado a alguna entidad bancaria de uno u otro modo, ya sea a través de una cuenta corriente, una hipoteca, etc. Todos los productos financieros están relacionados con una serie de conceptos que es interesante conocer para saber realmente qué es lo que estás contratando y cómo te afecta cada uno de esos conceptos.

Una palabra que sale muy habitualmente cuando vas a contratar un producto financiero es la TAE. Si no sabes lo que es, te lo aclaramos.

TAE: una herramienta de comparación

TAE son las siglas de Tasa Anual Equivalente y sirve para que, cuando quieras contratar un producto financiero y dudes entre varias entidades, puedas hacer una comparativa entre ellas fácil y rápidamente. Así podrás ver cuál te ofrece un rendimiento efectivo mayor.

Todos los bancos deben informar a sus clientes de la TAE de cada uno de sus productos financieros, tanto cuando publicitan sus productos como en los contratos y las ofertas que les hagan, así como a la hora de liquidar las operaciones.

La TAE es un porcentaje y agrupa dentro de ella tanto los tipos de interés que ofrece cada banco por ese producto como el plazo de la operación y las comisiones. Por tanto, con toda esa información, ya puedes comparar el producto que quieras en los diferentes bancos y ver cuál es el que más te conviene. Es importante reseñar que la TAE hace referencia a un plazo anual, por lo que no es muy útil si el producto financiero que quieres contratar tiene un periodo inferior.

A veces puede llevar a confusión

Aunque la TAE es una herramienta que puede serte de gran ayuda, también tiene sus limitaciones, ya que no incluye algunos gastos dentro de ella. Esto en ocasiones puede hacerte pensar que un banco te ofrece mejores condiciones que otro porque tiene una TAE mejor, pero a la hora de contratarlo tiene unos gastos mayores que la opción que parecía peor.

Algunos gastos que no se incluyen en la TAE son los impuestos, los gastos de notaría o, incluso, los de apertura de un préstamo, aunque en principio este último sí debería formar parte de la TAE.

4.00 media (75% puntos) - 1 voto

Publicar comentario

Su dirección de correo electrónico solo se utilizará para comunicarte las respuestas a tus comentarios.