Uno de los productos financieros más contratados son los depósitos bancarios. Mediante ellos, el cliente cede una cantidad de dinero a la entidad bancaria (puede ser durante un periodo de tiempo determinado o de manera indefinida) a cambio de una rentabilidad en forma de intereses. Es precisamente el plazo al que se presta el dinero lo que sirve para clasificar los depósitos en corto plazo o largo plazo. Cada uno de ellos tienen unas características que te presentamos a continuación.
Depósito a corto o a largo plazo: desde un mes hasta más de un año
La principal diferencia entre un depósito a corto o a largo plazo es la duración del préstamo al banco. Si el periodo es igual o inferior a 12 meses, se trata de un depósito a corto plazo, mientras que los superiores a 12 meses se consideran a largo plazo. La elección entre uno u otro dependerá de tus necesidades y preferencias, aunque también puedes basarte en criterios objetivos a partir de las características de cada tipo de depósito.
Por ejemplo, la rentabilidad en un depósito a corto plazo no es igual que en uno a largo. La variable a tener en cuenta es la TAE o Tasa Anual Equivalente, ya que cuanto más alta sea, mayores serán los beneficios que obtendrás por el depósito. Por lo general, será mayor la TAE en los depósitos a largo plazo que en los de corto. En ocasiones, surge otra variable relacionada con la rentabilidad llamada TIN o Tasa de Interés Nominal, que se utiliza cuando los intereses se liquidan mensualmente en lugar de al vencimiento del depósito.
Otros aspectos a tener en cuenta
Además del periodo de vencimiento del depósito, también hay que tener en cuenta, por ejemplo, la cantidad que hay que depositar, ya que algunas entidades exigen un importe mínimo o máximo a la hora de poder contratar un depósito a plazo. Otro factor a tener en cuenta es el momento de liquidación de los intereses, ya que esto puede hacerse al vencimiento o bien anticipadamente. En el primer caso, recibirás tanto el principal como los intereses en el momento fijado en el contrato del depósito, mientras que en el segundo irás recibiendo los intereses de acuerdo con los plazos establecidos.
La posibilidad de cancelar el depósito antes del periodo fijado en el contrato en caso de necesidad no existe en los depósitos a plazo, ya sea a corto o a largo, aunque algunas entidades sí establecen mecanismos para hacerlo a cambio de pagar una penalización por cancelación que no debe ser superior a los intereses obtenidos hasta ese momento por el depósito.