La niñez se convierte en una etapa clave en la vida de los seres humanos, puesto que es entonces cuando queda determinado cómo acuará cada persona a lo largo de su vida. Los niños, basándose en lo que hayan aprendido durante sus primeros años de vida, crean una personalidad única y difícilmente modificable. Por esa misma razón, se considera fundamental enseñarles, además de a hablar segundas, a desarrollar otro tipo de características como la creatividad y, sobre todo, la seguridad y la autoestima.
Fortaleciendo la seguridad de los más pequeños podremos conseguir que esos mismos niños, al convertirse en adultos, sean capaces de afrontar cualquier tipo de problema sin titubear. Mientras tanto, tras reforzar la autoestima, estos mismos niños podrán sacar adelante cualquier problema que les surja a lo largo de sus vidas, convirtiéndose así en personas muy seguras de sí mismas. Pero, ¿cómo podemos fortalecer estas características?
Observa al niño antes de actuar
Antes de comenzar a fortalecer al niño es fundamental observar la situación ante la que nos encontramos. ¿Cómo es nuestro hijo? Lo primero que tendremos que hacer es conocer sus conductas y entender su personalidad para que así, tras comenzar a fortalecer su seguridad y autoestima, sepamos cómo actuar.
Una vez hecho esto, el primer paso que debes tomar en cuenta es que los castigos, sin felicitaciones, no sirven para nada. Los padres no están únicamente para reprochar errores a sus hijos, también deben estar ahí para felicitar y reforzar cada una de las buenas acciones de los más pequeños.
Por esa misma razón, se recomienda que les enseñes a manejar la frustración. Cometer errores es algo habitual y, como tal, no hay que regañarles por ello. Si se frustran por haber fallado, tan solo debes recordarles que lo lógico es caer un par de veces antes de hacer las cosas bien. Al mismo tiempo, recuérdales que la perfección no existe, por lo que el trabajo diario y la constancia se convierten en factores determinantes para avanzar en la vida.
No hay que criticar nunca al niño, ni reírse de él
No se te ocurra decirles frases dañinas a tus hijos puesto que se le quedarán grabadas en la mente para toda la vida. Frases como “Desearía que no hubieras nacido” o “no te quiero” pueden crear traumas infantiles que pueden ser recordados por esos niños durante muchos años.
Tampoco le critiques. Si falla, no le critiques, anímale a que siga intentándolo. Al mismo tiempo, no le pegues ni le grites con agresividad puesto que nunca llegarás a ningún sitio con esa actitud. Y que no se te ocurra insultarle o ridiculizarle delante de sus amigos, tan solo servirá para bajarle la autoestima. Procura reírte siempre con el niño, nunca de él, y hacer cosas juntos. Gracias a estos consejos, conseguirás que tu hijo crezca con una fortaleza de hierro y una autoestima que le ayude a afrontar cualquier problema.
